Acabas de estrenar los preciosos zapatos que te has comprado el otro día en la tienda; pero después de unas horas piensas “parece que me duele un poco el dedo meñique, y también el talón”. Te quitas los zapatos que tanto te gustaban y compruebas que, efectivamente, te “han mordido”. Eres consciente de que durante unos días tendrás que convivir con dos molestas ampollas y piensas “siempre me pasa a mí”. Seguro que te ha pasado varias veces e incluso has llegado a pensar que eres propenso a las ampollas; sin embargo, todos las sufrimos de vez en cuando.

Las ampollas son burbujas de líquido que se forman en las capas más externas de la piel como consecuencia de una lesión. Aunque existen muchas causas para su aparición, la más frecuente es el rozamiento, por ejemplo, tras estrenar zapatos. No obstante, sí hay personas más proclives a padecerlas como los deportistas o personas con pieles sensibles. Por eso, es importante conocer cómo y cuándo surgen para poder evitarlo.

Deportistas

Las actividades de larga duración generan un roce continuado, sobre todo, en los pies. Por eso, es importante no estrenar playeros para una actividad larga como caminatas o carreras y utilizar calcetines transpirables para evitar la humedad.

Enfermedades

Algunas infecciones bacterianas (impétigo), virales (exantema, herpes, varicela) o por hongos pueden tener ampollas como síntomas. También se pueden producir ampollas como signo de enfermedades autoinmunes. El crecimiento del hueso del talón (espolón calcáneo) puede generar ampollas debido a la fricción. Las ampollas también pueden aparecer como producto de una dermatitis o de una reacción alérgica. Para estos casos, acudir a tu médico es la mejor opción.

Efectos secundarios de medicina

Aunque la probabilidad de aparición sea baja, algunos medicamentos pueden tener como efecto secundario las ampollas. Tu médico será la persona cualificada para valorarlo.

Picaduras de insectos

La picadura de algunos insectos como arañas, chinches, mosquitos puede manifestarse en ampollas. También la sarna, provocada por ácaros. Para evitarlo, puedes utilizar repelentes de mosquitos y evitar perfumarte para que no se sientan atraídos.

Verano

Durante el verano, pasamos mucho más tiempo expuestos al sol: playas, piscinas, terrazas, parques, etc. En muchas ocasiones, pensamos que no vamos a tardar tanto en llegar a casa y no nos aplicamos crema solar y, otras veces, se nos olvida. Las quemaduras solares no solo pueden provocar la aparición de ampollas, sino también enfermedades muy graves como el cáncer de piel. Por eso, una buena protección solar es fundamental.

¿Qué puedo hacer ante una ampolla?

Lo primero que se nos suele pasar por la cabeza es explotarla porque nos produce incomodidad e incluso dolor. Pero, el líquido que contiene la ampolla crea una nueva capa en la piel y la protege de posibles infecciones, por ello, nunca debemos explotarla. Si se explotase, podría producirse una infección más grave. ¿Qué puedes hacer cuando tienes una ampolla?

  • Piel muy limpia y seca.
  • Piel bien hidratada.
  • Calzado adecuado: de tu talla y específico para la actividad a realizar.
  • Calcetines transpirables.
  • Aplicar hielo (nunca sobre la piel directamente) para reducir la inflamación.
  • Utilizar apósitos específicos.
  • Estudio biomecánico de la pisada..
  • Visita al podólogo o dermatólogo.
  • Acudir a tu médico si la ampolla no tiene causa aparente.